El hormigón posee su expresión estética propia. Por su plasticidad inicial puede ser moldeado con facilidad en diferentes formas y texturas, siendo muy común que deba pintarse por razonas arquitectónicas o decorativas.
Pueden emplearse para ello las pinturas convencionales que también sirven como impermeabilizantes. En este último aspecto son particularmente indicadas para las paredes de bloques de hormigón, cuyos parámetros lisos y uniformes pueden quedar con su superficie expuesta.
A menudo se piensa que las superficies de hormigón requieren pinturas especiales para obtener resultado satisfactorios. Sin embargo, esposible aplicar eficientemente la mayoría de pinturas sobre hormigón si se cuida de acondicionarlo y preparar la superficie de manera adecuada.
Salvo contadas excepciones, la pintura, se comportará mejor si en el momento de ser pintado, el hormigón se encuentra estacionado y seo. Cuando es nuevo el hormigón se encuentra húmedo en su interior, aunque parezca seca su superficie, y esta humedad encerrada puede posteriormente ampollar la película de pintura.
No se puede esperar una buena adherencia de la pintura con el hormigón, si existen en la superficie sustancias contaminantes. Por ello, cualquier suciedad, polvo, grasa, aceite o eflorescencia dee eliminarse antes de pintar. La suciedad y el polvo se pueden quitar mendiante un chorro de aire, cepillando, rociando o rascando, según seal el carácter y grado de suciedad. Para superficies extremadamente sucias puede resultar conveniente la limpieza con chorro de agua.
La grasa y el aceite pueden limpiarse con disolvente o soluciones alcalinas fuertes, como la lejía. Las eflorescencias son el resultado de la acumulación de sales por el agua que fluye del interior del hormigón y se evapora en la superficie. Si el agua continúa penetrando en el hormigón, probablemente se formarán nuevas eflorescencias, rompiendo la película de pintura. Por ello, al quitar las eflorescencias debe considerare esta posibilidad, eliminando la causa de la humedad, siempre que sea posible.
Las eflorescencias pueden eliminarse lavando con ácido clorhídrico diuludo (1:4) o mediante chorro de arena. Los tratamientos con ácidos o lejías deben ser seguidos por un enjuague total de la superficie.
Para quitar eflorescencias se moja primeramente el hormigón, aplicándole luego una solución de ácido clorhídrico y transcurridos unos 5 minutos, se restriega la eflorescencia con un cepillo de cerdas duras. Lo más adecuado es trbajar en superficies pequeñas. La superficie debe ser cuidadosamente lavada con agua limpia después del tratamiento con el ácido.
Para quitar trazas de aceite se acostumbra emplear cepillos de acero, abrasivos o soluciones de lejía. Ello, no obstante, si la superficie está totalmente cubierta con aceite será más efectivo y económico tratar el área total a pintar con un ligero chorro de arena; o, si el tiempo lo permite, diferir la aplicación de la pintura hasta que el aceite haya desaparecido por acción climática.
La superficie de algunos hormigones es tan compacta que la pintura se adhere con dificultad. El hormigón moldeado en encofrados de madera terciada o prensada presenta con frecuencia este problema. Antes de pintar tales superficies deben lavarse con ácidos, arenarse ligeramente hasta que la vitrificación superficial desaparezca, y se obtenga una rugosidad adecuada que permita la posterior adherencia de la pintura.
Cuando el hormigón es nuevo, es preferible un tratamiento previo con una solución de ácido clorhídrico.
Los tipos de hormigón más usados son:
Preparación de superficie
El hormigón debe estar totamente seco (mínimo 28 días para hormigón a base de cemento Portland) antes de aplicar el recubrimiento. El hormigón curado (o catalizado) se denomina hormigón «verde» y es alcalino. La preparación de la superficie siempre depende de la exposición posterior.
Cuanto más agresiva sea su exposición, mayor preparación requiere.
mprimaciones según el tipo de recubrimiento posterior: