Son productos de un componente y de secado físico. Entre sus características destacables son su acabado, que puede ser brillante o satinado (también puede ser mate, pero en entornos industriales no es recomendable) con multitud de colores y la facilidad de aplicación.
Por contra, en ambientes agresivos o marinos no se recomienda ya que puede no ser suficiente para proteger el soporte de la aparición de óxido.
Cuando las paredes o objetos esmaltados se manchan solo bastara limpiarlos un paño con agua y jabón.
Una vez que la superficie está convenientemente preparada, el proceso consistirá en aplicar la imprimación (las veces que sea necesario) y la/s capas de acabado.
Superficies de hierro y acero no pintadas
Desengrasar, limpiar e imprimar con la imprimación correspondiente. Una vez transcurrido el tiempo
adecuado, aplicar una o dos manos de la pintura de acabado.
Superficies de hierro o acero pintadas
Eliminar las capas de pintura que no estén perfectamente adheridas y proceder a continuación como
si fueran superficies de hierro o acero no pintadas.
Superficies de acero galvanizado y aluminio
Eliminar óxidos y residuos de laminación. A continuación proceder a como si fueran superficies de hierro o acero no pintadas.
Disolventes
Imprimaciones
Acabados brillantes
Acabados satinados